II TRASHUMANTRAIL-THT 225 kms (4 etapas)
(12 al 15 octubre de 2017)
Por Javi Santos. GP Phi Polideportivo.
Es tan tremenda esta carrera, que dos días después aún siento de manera intensa la emoción vivida en la línea de meta. Casi 370 días después de aquella retirada amarga en la primera edición, a falta de 30 kilómetros para cumplir un sueño que se frustraba, esta THT no se me podía escapar. Después de muchísimo entreno, de sacrificios y, quizá, de algo de obsesión.., por qué no decirlo, llegó el día de comenzar a tomarme la revancha.
Arrancamos en Veredas con destino Almadén, y por delante 63 kilómetros pasando por La Bienvenida y Almadenejos. Salida a las 8 de la mañana con fresquito y cogiendo una velocidad algo alta para la etapa. Tras 25 kilómetros de buen ritmo, el calor creciente me empezó a desgastar y debí bajar el pistón. Dos kilómetros después tendría que parar a vomitar líquido, ya que el estómago acusaba el esfuerzo. Llegaba al segundo avituallamiento situado en Almadenejos, donde mi cara reflejaba que algo no iba bien. Descansé bastante y después continuaba la marcha pausadamente, pero diez kilómetros después volvía a detenerme para vomitar de nuevo, esta vez con dolor de abdomen y garganta. Todavía quedaba para llegar, y entonces muchos pensamientos me revoloteaban en la cabeza, pero no paré de andar y andar hasta que vislumbraba Almadén después de una subida por tramos. Entonces, como si tal cosa, me levanté, como en un combate cuando el árbitro llega a cuenta de ocho, salté, y llegué a la plaza de toros, con meta final de una etapa marcada por el calor y la deshidratación general.
La segunda etapa Almadén – Saceruela se presentaba con algo de miedo, y consciente de lo vivido la anterior jornada, la afrontaba asegurando un ritmo al lado de algún corredor experimentado, pensando en no desgastarme más aún. Salimos de las minas de mercurio dirección a la ermita de la Virgen del Castillo en Chillón, y con un gran tipo, Bassit o “el abuelo caracol”, que hizo (creo escuchar) un tercer puesto en la Madrid – Segovia, aunque no vi recomendable seguirle y reculé, encontrando a Antonio, un manzanareño afincado en Getafe con el cual marché tranquilo y seguro de que me llevaría en volandas, como así fue. Increíble panda la que nos juntamos al final, que eso sí, a ritmo muy reservón, pero siempre seguro, llegamos a las 18:20 a la plaza de Saceruela, donde daba fin otra etapa algo menos dura, pero sí con el mismo calor sofocante y asfixiante que no dejaba de sentirse, y ante el que si no te alimentas y bebes bien.. caes con facilidad.
La tercera etapa era toda una incógnita, larga y con perfil de alto desnivel, con los pies con ampollas recién curadas, y los gemelos cargados, la etapa entre Saceruela y Piedrabuena prometía ser cuando menos peligrosa. Otros 62 kilómetros de duras tierras áridas y asoladas por la sequía, aunque la primera parte sí era algo boscosa, ya que era la zona del llamado Puente Retama. Mi compañero esta vez sería un tío llamado Paco, Paco Robles, con más de doscientas ultras, impresionante. Me controló y me aconsejó durante todo el recorrido, y clavando cada tramo entre andar rápido y correr lento, avanzamos. Con las fuerzas ya en reserva, aunque seguro de llegar bien de piernas y de cabeza, procedimos a subir al castillo de Miraflores, a unos tres kilómetros de meta, donde mi sorpresa fue mayúscula cuando vi a mi pequeña y pareja allí, en una posición de control y avituallamiento. Eso me dio fuerzas para bajar como una locomotora hasta Piedrabuena, consiguiendo colocar la pica número 3.
La cuarta etapa fue un poco rara, ya que dudas entre darlo todo o reservar por si acaso… nada: elegí lo primero, con un perfil más o menos aceptable, decidí sacudir esos 44 kilómetros con cabeza pero con potencia, demostrando que los fantasmas ya no están, que el muro no existía, sólo una meta, una pica por poner en Corral de Calatrava. Me puse cómo objetivo tres puntos: Picón, Alcolea y el puente de las ovejas. Pasado todos y con un gran compañero, Miguel, llegué a meta, coloqué la pica restante, la cuarta con un salto triunfal, y acompañado de, cómo no, mi pequeña flor que siempre intenta acompañarme, por no decir de mi pareja Esther, que estuvo desde el inicio y me animó en los momentos más duros. (tiempo total de 00:38:43)
DICHO ESTO, CÓMO NO DAR LAS GRACIAS A ESA GENTE DE ESTE EQUIPO QUE NO DEJARON DE ANIMAR, DE ESCRIBIR Y ESCRIBIR. SIEMPRE OS HE TENIDO PRESENTES, SIEMPRE OS SENTÍ CERCA. GRACIAS POR FORMAR PARTE DE ESTA AVENTURA TAN LOCA, QUE COMENZÓ EL JUEVES, PERO QUE PARA MI ARRANCABA EL AÑO PASADO, CON LA DECEPCIÓN DE LA RETIRADA. PERO CÓMO TÚ ME DIJISTE, RAFA, AQUEL FATÍDICO DÍA: “EL AÑO QUE VIENE VOLVERÁS MÁS FUERTE, TE COMERÁS A TUS FANTASMAS Y TOD@S ESTAREMOS CONTIGO”. Nos vemos en la próxima!
0 comentarios