La undécima prueba del Circuito de Ciudad Real se celebraba en Corral de Calatrava, carrera rompepiernas (de controvertida medición, quizá faltaron algunos metros) en la que todos los participantes nos sentimos preocupados por el calor seguro que se vive cada temporada.
Desde las 21:00 horas, y a día 29 del julio calatraveño, el factor alta temperatura está asegurado como protagonista. Además, es esta una cita ya claramente marcada por las agendas vacacionales, con lo que las formaciones de los equipos suelen acusar lógicas bajas, estas por el buen motivo de disfrutar de unos merecidos días de descanso lejos de casa. Nuestro club, obviamente no es excepción, pero pudimos formar con los suficientes compañeros para dar batalla en este 10k perteneciente a una compleja serie estival/quincenal.
Y tanto que se pelearía la carrera. Una vez más, aunque sin la últimamente habitual superioridad numérica, el bloque rosa ofrecía un destacado desempeño con el obteníamos el primer puesto en el trofeo para los mejores cronos mixtos, un dulce que siempre agrada saborear tras la contienda, pero fundamentalmente en este duelo nos hacíamos con la undécima victoria a los puntos, tantas como pruebas en 2023. La caza mayor es el Circuito. Seguimos aspirando a reeditar título.
Vencer; alcanzar el éxito en un propósito deportivo, requiere de ciertas dosis de talento y capacidad. Pero repetir requiere de carácter. A nivel mental, aun con sus complejidades, alcanzar una cota elevada puede ser relativamente asequible. Cuando aspiramos a un gran registro por primera vez, un reto…, acaso una sonada victoria dentro de nuestro rango, es sencillo encender la mecha de la automotivación, tanto en el plano individual como en equipo. Si nos acompañan ciertas aptitudes, y se dan las circunstancias mínimas, podremos alcanzarlo. Sin embargo, replicar esos éxitos ya entra en otra dimensión psicológica. Y ya no solo el hecho de lograrlo, sino más bien volver a querer intentarlo.
Existe mucha valía en la aspiración de reconquistar, pues uno es consciente de lo sacrificado que será prepararse una vez más, y lo que realmente significará el desarrollo de este desafío. Se trata de escalar la alta montaña, regresar y mirar de nuevo hacia la cima. La primera vez no conoces de pleno las piedras que tiene el camino. Después, esto no entra en el campo de la suposición; sabes que ahí te están esperando.
Cuando decidimos tratar de reeditar un triunfo, implica exponerse. Y en el deporte, si el compromiso con uno mismo no es suficiente, se está completamente desnudo de argumentos. Por definición, los picos son extraordinarios y puntuales. Tras ellos llegan los valles. Al ego le cuesta entenderse en esa situación. En ese momento un buen deportista revela su carácter, cuando es vulnerable y ejerce en la humildad de quien debe volver a trabajar, sabedor de la dureza, para encontrar de nuevo el camino hacia la cima, una y otra y otra vez en un ciclo que solo pueden asumir los atletas con mayor fortaleza de espíritu y grado de madurez. Estos logran acertar sus enfoques y son eternos en voluntades, hasta que el paso de los años impone su ley natural. Llevado al plano aficionado, probablemente esta condición imperecedera solo queda para quienes disfrutan especialmente de la práctica; de sentir sus cuerpos en el esfuerzo y forjar el carácter a base de planteamientos realistas y que no alcancen de lleno nuestro límite de quiebra física o emocional, porque de ahí difícilmente se regresa, como trituradora que está comprobado que es la élite.
Los amateurs marcamos nuestras propias cotas de manera íntima y particular. Debemos ser inteligentes al definir qué es un éxito. Como corredores y en el plano de grupo, es crucial saber marcar qué está dentro de las posibilidades y dónde se sitúan los confines de lo abrasador. Si atinamos con la medida, repetir requerirá de carácter, eso siempre, pero viviremos en un ciclo deportivo saludable en el que cada reconquista resultará extremadamente gratificante.
En PHI Grupo Polideportivo invitamos a comprendernos, gozar de la generosidad en el esfuerzo y de esa recompensa compartida. En esta onda, con estos mimbres, luchar por un nuevo Circuito sigue estando dentro de lo cabal, al menos a día de hoy, porque tenemos buen equipo, fuerte y numeroso, y la capacidad de lograrlo sin suponer que todos nos movamos en unos rendimientos insostenibles en el tiempo, ni en lo físico ni en el aspecto psicológico. Es una cima muy complicada, por supuesto, y requiere de entereza para reeditarla, pero se ubica en el terreno de lo realizable, como demuestran nuestros campeonatos en las dos últimas ediciones.
En un torneo como el Diputación, marcado por la regularidad, es imposible pensar en competirlo sin interiorizar que todos tendremos un enorme y decisivo peso específico en algún o varios momentos de la temporada. Y que sea mayor o no tan alta la cuota de participación, en definitiva es un objetivo de conjunto y éxito común que así se sienta. Efectivamente, ante varias bajas circunstanciales de evidente relevancia y una predicción ajustada, otros compañeros reaparecían o daban un paso adelante. Incluso ante la ausencia física del capitán, al estar convirtiéndose en padre por segunda vez, precisamente justo a la hora de la salida, el grupo mostraba que hace mucho que ya no requiere de una personificación del grito del equipo.
Arrancamos el repaso Sénior Masculino con la grandísima actuación de Carlos Mansilla (00:33:24 / 1), brillante tercero de la general, dando la razón a nuestras últimas publicaciones acerca de su potencial. También protagonizaba una buena participación el evolucionado fuentero Aitor Camacho (00:38:27 / 10), cuarto rosa en meta, decisivo en el trofeo de cronos mixtos. No vivía su mejor día Diego Fernandez (00:40:00 / 15), pero allá que se batía el cobre, como un Sergio Ruiz (00:44:14 / 24) entrenando para recuperar el mejor nivel.
Como viene siendo habitual, nuestra categoría Sénior Femenina es tremenda carrera a carrera. La más rápida sería Lourdes Almansa (00:39:50), mejorando aún más sus registros para resultar segunda clasificada general. Por su parte, una sensacional y mejorada María Chocano (00:46:04 / 1) compartía podio con Noelia Poquet (00:46:34 / 2), de feliz regreso, y seguro que pronto muy arriba en forma. Sigue realmente firme en el Circuito la gran incorporación que viene siendo Violeta Pérez (00:48:44 / 6) y de nuevo Chari Domínguez (00:51:23 / 7) mostraba sus ganas de aportar con una nueva meta rosa en su ya dilatado historial.
Solo fue posible formar con dos Máster 35, y además exclusivamente en categoría Femenina, con una notabilísima Mercedes Fernández (00:44:27 / 2), que empieza a acostumbrarnos a lo que es muy complejo: pisar cajón en el Circuito de Ciudad Real, esta vez como subcampeona de la categoría. Gran temporada, muy completa y cargada (trail y ruta) y precedida de un sensacional postpandemia. Y sigue ofreciendo una estupenda aportación Domi Pérez (00:49:16 / 6), con muy significativo índice de participación en esta temporada, y animada a seguir consolidándose en la alineación, hecho muy importante dadas las dificultades que estamos encontrando para formar en Master 35 en este 2023.
Hoy no vivíamos en nuestra abundancia habitual en el Máster 40 Masculino, pero lo salvarían estupendamente los ccompañeros encabezados por el fortísimo Antonio Ismael Moreno (00:33:35 / 2), firmando marcón y segundo puesto M40 en el cajón, siendo de los mejores absolutos en Corral. En esta noche Santi Del Río (00:37:20 / 12) no podría correr en su mejor nivel, pero sí a una gran altura. Persisten ciertas molestias tras una caía, y esta no es su prueba favorita. Quien sí se mostraba en su mejor momento era su hermano Óscar Del Río (00:38:57 / 15), en términos de mejor marca, asimilando verdaderamente bien la responsabilidad de defender la categoría con más celo, si cabe, ante varias bajas. Era seria duda Grego Chaves (00:42:46 / 27) por unos problemas físicos, pero su actuación resultaba excelente, dadas las circunstancias. También nos agradaba ver a Jesús Fontecha (00:46:06 / 37) defendiendo su nueva elástica rosa, siendo palpable que tiene actitud de buen compañero y su nivel va a subir. Llegaba con unas molestias en la inserción de los isquiotibiales, pero no se perdía la cita.
Las féminas Máster 40 veían su primera meta en la sempiterna figura de una postvacacional Trini Sánchez (00:42:31 / 2), como Lourdes Almansa, recién llegadas del Camino de Santiago, pero logrando trofeo como segunda de este grupo de edad. Se autoevaluaría en positivo una Nuria Calero (00:49:43 / 9) que sabía aceptar lo que a día de hoy puede desarrollar en base a su preparación veraniega, y dedicaba su carrera a apoyar y hacer piña emocional con una amiga que lo necesita, la bolañega Gema Castro (ánimo, familia). Completábamos una suma necesaria con la muy participativa y afortunadamente asentada Ana Maria Mora (00:54:00 / 11) y el esfuerzo de una clásica María Teresa Robles (00:57:18 / 16), quien marcha tocada por una latosa fascitis que no le apartaba de su idea de estar y sumar.
“Cuatreando” los dos Máster 45 más avanzados, los sobrios y resolutivos Carlos Barry (00:40:01 / 12) y el eterno Jose Antonio Bermejo (00:40:05 / 13), clásicos rosas populares que unían su participación en este grupo de edad con un compañero para el que esta prueba es muy especial, José Núñez Cabanillas (00:57:20 / 50), nuestro local en Corral, nuevamente en meta de la mano de sus hijos, una vez más, como tantas.
Gran esfuerzo en Máster 45 Femenina por parte de una Sara Alcázar (00:58:01 / 20) que era más que seria duda en la jornada previa, enferma de hecho, pero sensiblemente recuperada para regresar a la formación y meter una gran suma de puntos para la victoria, análoga situación a la de nuestra Máster 50 Femenina Gloria Martin (00:59:11 / 10), quien también se inscribía con más voluntad que posibilidades de llegar plena, pero la fuentera está hecha de otra pasta.
En Máster 50 Masculino nos defendíamos con un Jesús Palmero (00:39:39 / 5) que suma en M45, y normalmente gracias que es así, aunque en esta prueba igualmente hubiera sido conveniente hacerlo en M50 junto al siempre infalible Pedro Arribas (00:40:47 / 7), quien está claro que fue un fichajazo, y Ángel Francisco Camacho (00:45:48 / 17), que va por los mismos derroteros de convertirse en pieza clave, y cumplía sobradamente tras unos días de vacaciones, dando por bastante aceptable, y más que eso, su rendimiento, sorprendido incluso. Cortos de efectivos, pero fue suficiente.
Nuestras más veteranas lucían de lujo en el Máster 55 Femenina, con el enésimo trofeo de la consaburense Blanca Romeral (00:47:03 / 2), que puntua en M50; una sensacional Pilar Riaza (00:49:30 / 5), que obtenía un nuevo mejor registro sub 50 verdaderame impactante, y la notabilísima siempre María Luisa Piedrabuena (00:52:36 / 6), cuya energía rosa no cesa.
Y cerramos el repaso con dobles parejas en las categorías más veterano: el Máster 55 Masculino, con el preparadísimo Agustín Morena (00:41:52 / 5) cuyo idilio con la temporada es digno de mención en lo que respecta a su evolución y rendimiento; y su paisano y notable. José Angel Barragán (00:44:07 / 10), quien lleva muchos años siendo un recurso importantísimo; y los fuera de serie del Máster 60 Masculino, con los tremendos desempeños de dos realmente M65 como son José Vicente Noguera (00:40:14 / 2), trofeo y gran carrera, y Enrique Carlos Calero (00:45:00 / 6), más cerca de unos formidables 70 realmente juveniles en rendimiento, actitud y apariencia, realmente incluso más jovial con su nueva imagen de rosa. Enhorabuena. Nos vemos en la próxima!
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