Calentando las piernas
(22-05-2016)
Por Juan M Ruiz
El pueblo madrileño en el que vivo se encuentra en la zona del Curso Medio del Río Guadarrama, una zona de “presierra” de monte bajo mediterráneo, muy agradable para la práctica del deporte salvo en los calurosos meses estivales, en los que las altas temperaturas hacen de la zona muy dura, salvo a muy primera hora de la mañana.
Ya de bajada hacia meta |
De modo que los organizadores de la segunda edición de esta joven prueba (con recorridos de BTT de 30 y 55 km y Trail de 18) tuvieron la lucidez de adelantar la fecha de la prueba un mes respecto de la primera, que estuvo marcada por el fortísimo calor y la sequedad del terreno, en una zona de escasa arboleda y poca protección. Sin embargo, las lluvias de las últimas semanas y la bonanza de las temperaturas habían dejado el campo en estos días en unas condiciones inmejorables para la práctica de la BTT y el trail de montaña (o carrera por el campo, más propiamente dicho).
Ante la decisión de la pandilla de ciclistas GP de acudir a la fantástica cita de Riopar, tras dudar si se venían a mi pueblo a correr la prueba de BTT, opto por cambiar de tercio (que bastantes pedaladas he dado ya este invierno) para apuntarme en compañía de varios amigos al Trail (estrenando mi flamante camiseta de Trail de GP-Phi, que es espectacular)
Recorrido y perfil, con algo menos de 500 m de D+ (casi 1000 de acumulado) |
Aunque conocía la práctica totalidad del recorrido, el sábado anterior a la prueba me fui a reconocer el terreno, corroborando que a pesar de su moderada longitud y su escasa dificultad técnica, se trataba de un recorrido duro, con un par de subidas bastante simpáticas y una tercera que aunque más llevadera, una vez que llevas ya 12 km de monte en las patas también tiene su gracia. El ritmo de ese entrenamiento fue bastante moderado, y en carrera confiaba en bajar algunos minutos sobre el tiempo marcado el día del ensayo.
La planificación de la carrera era la de tomar la primera subida con calma, hacer la primera bajada rápido pero sin locuras, apretar un poco en la segunda subida, la más larga, recuperar algo de resuello en en la siguiente bajada, y ya comenzar a apretar en la última subida, para bajar lo más rápido posible y acabar el último km y medio de llaneo lo más fuerte posible.
Foto del día del “ensayo”, con el campo espectacular, verde y florido, tras varios días de lluvia |
Y así fue más o menos como salió la carrera, dentro del escaso entrenamiento en carrera (y menos en monte) que he hecho durante todo el invierno y primavera (prácticamente centrado exclusivamente en la bici, de cara a la QH del próximo 18 de junio) y con el contratiempo de la cervicobraquialgia que en las últimas semanas me está dando bastante guerra…
Apenas recorrido el primer kilómetro (en llano y por pista) de la prueba se afronta la primera subida, una de esas que calientan las piernas por un camino bastante roto por el agua caída en las últimas semanas, para coronar en el Camino del Canal de Isabel II (camino que da servicio a la tubería de abastecimiento de agua) y que en su primera parte está bastante peligroso también por los surcos que han dejado las lluvias. Tras un vertiginoso descenso conseguiremos ganar el Caño Viejo, donde giraremos a la izquierda para luego ascender por un estrecho sendero de “a uno” entre retamas, que nos guiará en constante ascenso, a ratos bastante empinado a la mina de cobre “Antigua Pilar” (que da nombre a la prueba). Desde allí, y tras terminar el ascenso dirección Colmenarejo (con un par de rampas considerables aunque ya en una pista ancha y cómoda), giraremos de nuevo a la izquierda para realizar una bajada por la zona más bonita del recorrido, entre fincas de ganado bravo y bordeando muros de piedra primero y luego ya campo a través, hasta la última subida de la ruta, por pista forestal hasta una vía pecuaria por encima de Carretera de Los Aviones. Por ella y ya en franco descenso hacia meta, con cuidado para no torcernos un tobillo, pero a todo lo que daban las piernas, y disfrutando de las vistas sobre la llanura que se extiende a nuestros pies (Villanueva del Pardillo, Villanueva de la Cañada y el campo que rodea ambas localidades), bajamos hasta el aeródromo donde ya podremos divisar el parque empresarial donde se situaba la meta, tras un último km y pico de llaneo.
En la zona hay bastantes fincas de vacuno, algunas de ellas de reses de lidia |
Decir que debido a mi falta de práctica algunos de los corredores a los que fui dejando atrás en el último ascenso, lograban alcanzarme y rebasarme en esa última bajada, aunque procuré dar todo lo que pude de mí para al menos no perderlos de vista, alcanzando y rebasando a algunos en los últimos metros y quedando pocos segundos detrás de otros.
En resumen, relativamente contento dadas las circunstancias de la lesión que arrastro y de lo poco que he entrenado la carrera pedestre en los últimos meses.
Puesto 63 de 242 en la general, 28 en mi categoría de cuarentón, con un tiempo de 1h37’27” (a 5’23″/km):
Mi carrera en Strava¡Nos vemos en la próxima!
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