Maratón Madrid 2014

29 de abril de 2014

MARATÓN MADRID 2014
(27-04-2014)


Crónica en primera persona. Juan Manuel Ruiz Manso. Debutante con el club.


42195 metros en Madrid son “molto longos”…


Cuando comencé a pensar en cómo titularía la crónica de mi primer maratón, me vino a la mente una conocida anécdota del mítico jugador del Real Madrid (que quede claro que el que escribe es del Atlético), Juan Gómez “Juanito”, que gustaba de poner nerviosos a los jugadores del Inter de Milán espetándoles aquello de que “90 minuti en el Bernabeu son molto longo”…

Pues bien, el maratón fue para mí “molto longo”.

Tras muchos meses de entrenamiento más o menos planificado y ejecutado con mayor o menor disciplina, aunque combinado con el deporte en el que pongo más energía normalmente, el MTB, el domingo me plantaba en la salida del Mapoma para defender por primera vez los colores gris y magenta de la camiseta de GP PHI Polideportivo. Mi pensamiento era rondar las 3h40′, a ser posible un poco por debajo, pero los veteranos que hablan de lo dura que es esta carrera no hablan por hablar…

 

Llegaba a la salida en compañía de mi cuñado Sergio, al que animé yo en su día a entrar en este mundillo del trote cochinero, y que ha sido lo bastante osado de meterse entre pecho y espalda la mítica distancia de Filípides (acabaría en un excelente tiempo, 3h48′). A las 9 h daba comienzo la carrera, en la Plaza de Cibeles de Madrid.

Los primeros km, todos en suave subida por el Paseo de Recoletos y Castellana fueron algo lentos, merced a la ingente cantidad de “runners”, de modo que se hacía complicado coger y mantener un ritmo constante. Por otro lado habíamos salido en un cajón algo retrasado, así que llevábamos más de 53 minutos cuando pasamos el 10K, con casi 6000 corredores por delante. A partir de ese momento la carrera se fue estirando ya de forma apreciable, de modo que nos resultó más fácil encontrar un carril por el que seguir sin estorbo.

De esa forma, y según iban pasando los km, fuimos mejorando poco a poco el ritmo, aunque sin forzar la máquina. Íbamos mentalizado de que era muy importante hacer los primeros 25 o 30 km sin desgastar más de lo necesario. El km más rápido de toda la carrera fue el 17, a 4’28”.

Correr por un Madrid despejado de coches sólo para nosotros, en un día soleado, con una temperatura de unos 15º, por las más importantes calles y avenidas, en un recorrido prácticamente lleno de público que grita y anima es una experiencia que hay que vivir. La bajada por la calle Preciados, en el km 19, y la entrada en la Puerta del Sol es emocionante; bajar por una calle relativamente estrecha en la que el público prácticamente te encima por ambos lados logra erizarte el cabello; en ese momento te crees alguien… Me recordaba a esas etapas alpinas del Tour de Francia en que los ciclistas se ven prácticamente acosados por el público a ambos lados de la carretera.

Pero la carrera seguía, y los km seguían cayendo; la media maratón, los 24 km, los 26, los 27 km… y el acceso a la Casa de Campo, el gran parque forestal de Madrid al Oeste de la capital. Es una zona que me habían advertido se hacía dura, por los km ya acumulados, porque es un entorno más frío sin apenas público, con un par de repechos duros… A mí personalmente no se me hizo pesada, me sentí a gusto, quizá porque estoy acostumbrado a entrenar por el campo. Fuera como fuese en el primer repecho de la Casa de Campo perdí a Sergio, al que ya no vería hasta la meta.

Tras salir del parque, ya con 30 km en las piernas enfilábamos por la rivera del Manzanares, pasando justo por delante de casa de mis padres, donde me aguardaban mis hijos, mi mujer, mi madre, mi hermana, mi abuela, sobrino, cuñado… Aunque ya me encontraba algo tocado en ese momento, no cabe duda que el encuentro anima, y mucho, para seguir adelante. A la vuelta del Puente del Rey tendría ocasión de volver a verlos antes de seguir camino a la gloria maratoniana.

Pero llegó el km 36… Me habían hablado mucho del “muro”, y casi llegó a sonarme a “cuento de la abuela”, pero no. El muro existe, doy fe. En el km 36 llegó “el tío del mazo”, y llegó para quedarse.

Desde ahí hasta meta fue agónico. Los ritmos que venían rondando entre 4’55” y 5’10” por km se desplomaron a 6′ e incluso 6’20” en el km 40, en el que hice el peor registro de toda la carrera. En el km 39 incluso tuve que parar por un calambre que me cogió el muslo derecho. Usé la técnica de la presión, y unos segundos después pude reanudar aunque renqueante. En todo caso, pese al cansancio físico y el dolor que en ese momento sentía, sólo había una cosa en mi cabeza; LA META. No puedes correr 38 o 40 km para no hacer meta. Hay que llegar como sea. En ese momento ya da igual la cuesta arriba que el llano que la bajada. Se sufre en todos los terrenos. Cada metro es un triunfo y cada km una odisea, pero hay que llegar a meta, como sea. Ya sabía que no iba a estar en las 3h40′ que tenía en mente, pero daba igual, había que terminar.

En esos km ya no sabía ni por dónde iba; “esto está cerca de Atocha o por ahí”, recuerdo que pensé en un momento (ahora se que estaba en la Ronda de Valencia, pero en ese momento podría haber estado en Pekín y no lo hubiera notado). El público animaba con energía; yo creo que me veían muerto e intentaban auparme, pero ya ni los oía. Se por dónde iba toda la carrera, conozco Madrid bastante bien, pero en este momento, mientras escribo, estoy intentando recordar en qué momento pasé por la Glorieta de Atocha y no soy capaz de acordarme, tal era ya mi estado de agotamiento… Recuerdo que la recta del Paseo del Prado y Recoletos hasta llegar a Colón se me hizo eterna. Sólo sabía que en Colón había que girar hacia Goya, subir hasta Velazquez y luego ya era todo bajada hasta meta. No llegaba nunca…

Pero llegó, y por fin bajaba ya por Príncipe de Vergara, por fin se veía El Retiro al fondo, y poco después estaba ya corriendo dentro del parque y enfilando los últimos 800 m hasta meta. Había mucho público, mucho ambiente, mucha animación, pero ya me daba igual. Estos últimos metros también se me hicieron largos, pero de otra manera; quería esprintar, adelantar cuarenta o cincuenta corredores antes de cruzar la meta pero no pude. Daba igual, allí estaba el arco de meta, con el reloj marcando ya tres horas y cuarentaymuchos minutos. Ni miré el Garmin, me daba lo mismo. Levanté los brazos. Crucé la meta. Lo conseguí.

Tiempo oficial: 3:50:18
Tiempo
neto (chip): 3:45:04

Tiempo
efectivo de carrera, descontando paradas (GPS): 3:43:26

 
Detalles de mi carrera:

 

 

Líneas del club:
Y así fue como este gran deportista y mejor amigo debutaba en la distancia de Filípides y en GP-PHI-Polideportivo. Enhorabuena. Disfruta al máximo del sabor a victoria de esta experiencia inolvidable. Nos sentimos muy orgullosos de ti. Ya ayudaste de manera inestimable a Rafa e Isidro en su empeño de conquistar Peñalara 60K. Ahora, consagrado definitivamente como uno de los nuestros, estamos convencidos de que lucirás el escudo con la mayor de las responsabilidades. Gracias por escribir otra brillante página de esta historia que es la de todos y, desde ahora, la tuya también. La de los GP!!! Bienvenido.

2 Comentarios

  1. JM Ruiz

    Muchas gracias, es un honor formar parte de este grupo de amigos primero y deportistas después. Un abrazo a todos.

    Responder
  2. Miguel

    Gran corredor y sobre todo gran persona. Buenas piernas y alma noble. Enhorabuena por la hazaña!

    Responder

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