Maratón de Málaga 2017

13 de diciembre de 2017

MARATÓN DE MÁLAGA 2017
(10-12-2017)



Tras la suspensión forzosa de la pasada edición, cuando una lluvia torrencial ponía en jaque a la capital malacitana pocos minutos antes del pistoletazo, en este 2017 el Maratón de Málaga resurgía con fuerza en una carrera que cumpliría las expectativas organizativas de los alrededor de 3.500 participantes congregados. Cuatro serían miembros de GP Phi Polideportivo, y tres de ellos volvían a Málaga tras quedarse con las ganas de correr en el 2016: Fátima, José Vicente y Rafa, los cuales hace un año, y en la misma línea de salida, calados hasta las cejas, no podían sacar a relucir la buena preparación que se habían trabajado como maratonianos con experiencia. Ahora, transcurridos doce meses desde aquella oscura mañana, regresaban para afrontar un nuevo asalto a la mítica distancia, alistándose también un compañero sobre el que cabe preguntarse acerca del funcionamiento de su mente. Nos referimos a Isidro, quien llegaba tocado pero no hundido a la cita, aquejado de múltiples molestias y extremadamente corto de kilómetros en las últimas semanas por este motivo, pero decidido a traerse una medalla para casa ante la atenta mirada de su hijo, el joven Sergio, quien completaba la expedición del club en labores puramente de apoyo.

El maratón es una carrera dura y exigente que verdaderamente pone a prueba el carácter y la forma física de quienes a ella se enfrentan. En el caso que nos ocupa, el de los nuestros, la distancia revelaba diversos aspectos de los compañeros. La capacidad de abstracción de Isidro nos llama poderosamente la atención. Resulta complejo entender cómo es posible que, llegando como llegaba a su segundo maratón, pudiera plantearse luchar por esta medalla en concreto y los porqués de su desplazamiento hasta Málaga. Los riesgos, en este caso, sonaban a controlados en sus palabras, e incluso parecía casi convencernos de que su presencia allí no era en absoluto una locura, sino que atendía a la pura lógica. Él es así! La realidad se plasmaba en meta, cuando le veíamos aparecer en 03:57:59 de la mano de Fátima, ofreciendo una luminosa estampa que para ambos suponía una prueba de su carácter. Sufrieron en esta carrera, y mucho, pero decidieron superarla. Sus caminos se cruzaban en el tramo final, por desgracia y afortunadamente a la vez. Y es que esta imagen de compañerismo no estaba en ningún plan, pero definitivamente sería lo sucedido por suerte para una Fátima que se veía escoltada por un gran compañero en estos últimos minutos. A continuación relataremos en detalle su sexta aventura maratoniana. La segunda de Isidro se concretaba con otra medalla al empeño.

La mañana arrancaba con desiguales sensaciones entre los nuestros. A decir verdad, ni Fátima ni José Vicente las tenían todas consigo. La primera arrastraba leves molestias en la espalda y cierto agotamiento laboral, pero en ningún caso se planteaba no poder rendir de manera óptima. El segundo había notado un dolor leve en el biceps femoral días antes, pero llegaba a tiempo sin más problemas que sus dudas. Por su parte, Rafa sería el encargado de ejercer de líder y liebre de la expedición, siendo el que mejor forma parecía presentar, si bien siempre cabe cierta incertidumbre antes de un maratón. Conducir a ambos hacia su marca personal era un objetivo factible sobre el papel, queriendo situarse en  el “tres veintipoco”. De Isidro ya hemos comentado sus circunstancias. Comprometido consigo mismo y ante su vástago, allí estaba pese a los muchos problemas físicos que acarreaba. Llegar a meta era su objetivo. El crono, en cierto modo resultaba irrelevante en esta jornada, si bien se marcaba no ver sobrepasar las cuatro horas de carrera.

 

El trío familiar partía por delante, desde su cajón de salida correspondiente, marcando matemáticamente los tiempos de paso en cada kilómetro con una exactitud escalofriante. Rafa mantendría la concentración para no desviarse del crono y todo parecía marchar bien, aunque no era tal que así, ya que la Gacela de Madridejos empezaba a ser consciente, en silencio, de que su cuerpo no fluía como esperaba con el paso de los kilómetros. Pero pasados 2/3 del maratón, y cediendo segundos significativamente desde el kilómetro 28, Fátima al fin exteriorizaba sus problemas de estómago y una creciente flojera, rogando a sus compañeros de aventura que partieran hacia adelante, ya que ella iba a intentar llegar a meta como buenamente pudiera a un ritmo extremadamente más bajo. Ni José Vicente ni Rafa deseaban romper el grupo, continuando juntos durante varios minutos en los que la velocidad efectivamente decaía por momentos, pero finalmente entendían que sus destinos se habrían de separar, observando previamente que Fátima tenía su precaria situación controlada.

El maratón no había sido clemente con nuestra compañera en su debilidad física. Nunca lo es. Si uno llega con algún problema pequeño, es seguro que se agravará. Si el cuerpo no tiene su día, 42,195 kilómetros no lo arreglan. Sin más. Fátima seguiría adelante hasta una sufrida mera, tragándose la impotencia, y haciendo frente de un modo inesperado al que era su sexto asalto maratoniano. Lejos de la gloria de Ciudad Real 2012 (con notable debut), San Sebastián 2015 (brillante 03:27:01, firmado con suficiencia) y, sobre todo, Roma 2014 (inaudito 03:26:11 en aquellos días), la distancia de Filípides le hacía recordar otro mal trago el Sevilla 2015, cuando no tuvo más remedio que retirarse con graves problemas estomacales, y el de Málaga 2016 en menor medida, maratón frustrada y suspendida por la lluvia tras meses de preparación. Cabe recordar lo sucedido tras la prueba hispalense. Y es que lejos de arrugarse, Fátima se inscribía pronto en el Maratón de San Sebastián para enfrentarse con éxito a sus demonios en una demostración de fortaleza mental. De caer a levantarse y fijar la vista en el mismo reto; en el mismo escollo. Hay que ser duro para aceptarlo. Uno puede mirar a nuestra compañera y pensar en aquella frase de Nietzsche con la que se abría la magistral Conan, el Bárbaro.

Marchando José Vicente hacia adelante, al abrigo del fuerte viento gracias a su hijo Rafa, éste decidido a servir a su padre y demostrarse a sí mismo que en este ritmo se mueve con relativa facilidad, ambos avanzaban a buen paso a la caza de una marca personal concretada finalmente en un crono de 03:25:18. Hito en el club para los mayores de 60 años que deseen seguir los pasos de José Vicente, y nuevo listón para él mismo. Notable desempeño en una prueba tan dura como bella: el maratón. Nos vemos en la próxima!

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Archivos

¡Suscríbete a nuestra NewsLetter!

Te mantendremos informado de todas la novedades, crónicas y noticias del PHI Grupo Polideportivo.

[/db_pb_signup]

Pin It on Pinterest

Share This