JUANA LA GALANA BTT 2018
Por Joaquín García David
Juana Galana, apodada La Galana, fue una guerrillera española heroína de la Guerra de la Independencia. El 6 de junio de 1808, en la batalla de Valdepeñas contra las tropas de Napoleón, a falta de hombres suficientes para defender el pueblo, ella misma animó a las mujeres a salir a luchar. Las mujeres lo hicieron vertiendo por las ventanas agua y aceite hirviendo sobre la soldadesca, mientras ella se armó con una porra y salió a la calle a luchar cuerpo a cuerpo contra la caballería francesa. Gracias a esta contienda, los franceses abandonaron toda la provincia de La Mancha y se retrasaron en la batalla de Bailén, que acabó en victoria para los españoles.
La prueba contó con más de 300 participantes puntuable para el Open Maratón de Castilla-La Mancha. El itinerario, de 115 km y 2.600m de desnivel, discurrió por los términos de Aldeaquemada, en concreto por algunos bellos parajes protegidos como la Cascada de Cimbarra, las cuencas del Rumblar, Guadalén y Guadalmena, un entorno de alto valor paisajístico y natural.
Minutos antes de producirse la salida, más nervios que de costumbre por la climatología y por realizar una prueba sin la preparación adecuada y en solitario por primera vez sin mis compañeros de fatiga.
La salida se hace de rogar unos minutos pasadas las 9:30 de la mañana. Por fin suena el chupinazo de salida y empieza la aventura para mí. Los primeros kilómetros me los tomo un poco relajado para ir cogiendo sensaciones y aclimatarme al granizo, la lluvia y el viento en contra, pero pasada media hora larga empiezo a coger un ritmo adecuado y van pasando los kilómetros. Sin darme cuenta llego a la cascada de la Cimbarra, donde se encuentra el primer avituallamiento y paro para comer algo de fruta y seguir la ruta con una bajada vertiginosa que me lleva a la primera subida seria de la prueba. Me lo tomo con tranquilidad y sin gastar muchas energías dando buena cuenta del paisaje que tengo alrededor.
En Malas Burras, pendientes del 23%
Una vez arriba, empieza otra bajada de unos 5km que hay que tomar con precaución por las curvas; una vez superado el descenso nos dirigimos al segundo avituallamiento sin antes dejar de subir y bajar hasta llegar a la cuesta que le llaman el Malas Burras de casi dos km con pendientes del 23%. Me lo tomo con calma y decido que los tramos más duros sean con el pie en tierra para no gastar fuerzas a lo tonto, pero de todas forma cuesta subir de pie. Llego al final de la cuesta y a los pocos km se encuentra el segundo avituallamiento donde paro a reponer fuerzas y rellenar los botes de agua. En el trascurso de estos avituallamientos el tiempo es cambiante, sale el sol, llueve ligeramente y sólo llevo 50km.
Me dirijo hacia el tercer avituallamiento donde se encuentra el punto de control de la mitad de la prueba. Son unos 14 km rompepiernas de subidas duras y bajadas cortas que se hacen muy largos, pero con unas vistas espectaculares. Por fin llego al punto de control con un tiempo de 4:08:51 a una media de 17,41 km/h. Repongo líquidos y como para recuperar energías, ya que todavía queda un buena tirada para llegar a meta.
Reanudo la marcha con el punto de mira al último avituallamiento con un ritmo tranquilo sin forzar en ningún momento la maquinaria. Los km van pasando rápido porque el terreno es favorable y el piso es bueno hasta llegar a un puerto de unos 10km donde las pendientes no superan el 9% de desnivel. Subo despacio, y acordándome de mis compañeros de fatiga y siguiendo los consejos como si estuvieran a mi lado, por fin llego al último avituallamiento con pocas energías, el tiempo transcurrido los kilómetros y el estar solo te van mermando. Pregunto cuánto queda para terminar, me responden que una bajada, cruzar el río, una subida y llegas a meta. Dicho así parece fácil pero no era real.
Pongo pies en polvorosa y me tiro literalmente a hacer la bajada lo más rápido que puedo. Una vez acabada giro a la izquierda y mi sorpresa es un camino que se dirige al río, tengo que cruzar unas matas unas doce veces a lo largo de unos 3km de lado a lado y en una de ellas, plas!! caída al río. Con medio cuerpo chorreando decido cruzar el río las veces que haga falta a pie. Paso la zona, que es espectacular, y me dirijo a la última subida, mojado, con frío y encima el tiempo empeora. La subida se me hace eterna, ya no contemplo ni el paisaje ni nada deseando terminar la aventura. Por fin llego a la cima y veo Castellar de Santiago, donde está la meta. Me da un subidón y doy todo lo que tengo en el único tramo llano de la prueba. Por fin cruzo la meta. Objetivo cumplido con un tiempo de 6 horas 47 minutos 48 segundos en el puesto 102 y el 26 de la categoría master 40. Repetiré el año que viene y espero que me acompañen mis mosqueteros. Hasta la próxima amigos.
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