Alalpardo es un pequeño pueblo del norte de Madrid, apenas conocido para la mayoría de los madrileños; sin embargo, cuenta con un Club, el ART (Alalpardo Running Team) que se ha empeñado en poner a esta localidad en el mapa del deporte madrileño.

Por IV año consecutivo organizan este “trail”, que yo creo que es más razonable llamar “carrera por el campo”, ya que ni su dureza ni su dificultad técnica están alineados con lo que normalmente conocemos como “trail” o carrera de montaña.

Es la primera prueba de monte que se realiza cada año en la Comunidad de Madrid, con un recorrido que suele rondar los 24 km, y por la zona en la que transcurre y la fecha en la que se celebra se viene caracterizando por el frío intenso. En años precedentes fue protagonizado por la nieve y el barro, actores que hoy no acudieron a la cita.

Allí se presentaba el que suscribe estas lineas acompañado de algunos amigos, con el objetivo de representar la elástica de GP Phi Polideportivo en esta estupenda carrera. Cuando es un Club o una Peña de amigos corredores quien organiza una prueba en lugar de una empresa especializada se nota, y se suele notar para bien; fantástico ambiente, perfecta señalización, magníficos avituallamientos intermedios y final, ¡enhorabuena amigos de ART, así se hace importante una prueba y así se captan “adeptos” a la causa!.

En lo que se refiere a la carrera, es un trazado que discurre en su totalidad por pistas forestales en buen estado, sin dificultad técnica de ningún tipo. El recorrido es “rompepiernas”, con constantes subidas y bajadas, aunque ninguna demasiado larga ni demasiado dificultosa.

Hasta el km 7,5 la ruta tiende a subir hasta alcanzar la cota máxima de la carrera y a partir de ahí, se sucede una serie de dientes de sierra que dan nombre a la prueba.

Por lo que a mí respecta, salvo en los dos primeros km, algo más lentos hasta que logré entrar en calor, mantuve un ritmo de carrera bastante constante, entre 4’40” y 5′ por km en función de si había algo más de subida o de bajada. Tuve un pequeño bajón entre los km 16 y 19 en una larguísima recta con tendencia ascendente, un terreno que daba para haber ido algo más rápido. Por suerte la crisis pasó una vez resuelta esa zona, justo al comenzar el que sería penúltimo repecho importante de la carrera.

Aproximadamente desde el km 12 hasta el final podemos decir que fui alimentándome de “cadáveres”, tal y como suele decir nuestro querido “Capitán”, y en conjunto creo que rebasé a bastantes más corredores de los que me pasaron a mí.

Como anécdota, comentar que calentando antes de la carrera un par de chicas se dirigieron a mí como “ahí, esos de Ciudad Real”, identificando como no podía ser de otra forma la “rosita” de GP-Phi. Una de ellas era Isabel Ortega, con la que habíamos coincidido en Fernán Caballero el pasado agosto, y con la que esta mañana compartí carrera y algo de charla durante un par de kilómetros. A la postre Isa quedaría cuarta clasificada femenina. Así que podemos decir que a los “GP” se nos conoce allá por donde pasamos, je, je, je…

Finalmente, y tras acelerar un poco en los dos últimos km ya de bajada hacia la llegada, pasaba por linea de meta en 2h00’10” (tiempo oficial), 1h59’50” (tiempo real de chip), tras recorrer los 24,3 km totales de la prueba (según mi GPS). No es que haya hecho un tiempo espectacular, pero estoy relativamente satisfecho ya que al igual que en la San Silvestre de Las Rozas, creo haber cumplido con dignidad para los pocos km de carrera que llevo en los últimos meses, y es que atender a correr, a montar en bici, al trabajo, familia, etc… es mucho atender, seguro que me entendéis 😉

Una vez más ha sido un placer y un honor correr con la camiseta de GP Phi Polideportivo por estas tierras madrileñas, y disfrutar de una magnífica mañana de deporte y compañerismo.